jueves, 5 de febrero de 2009

MEX 12 - 9 DOM ; VEN 5 - 2 PUR

El inicialista mexicano Adrián González llegó a Mexicali con la indiscutible condición de mejor jugador de la Serie del Caribe del 2009 y en el partido del miércoles contra República Dominicana despejó cualquier duda al respecto.

González se convirtió en el primer jugador con tres jonrones en un partido del Clásico Caribeño y empujó cuatro vueltas para que los Venados de Mazatlán (México) vencieran 12-9 a los Tigres del Licey dominicanos en el partido de mayor ofensiva en lo que va del campeonato.

González, quien despachó 36 jonrones y empujó 119 carreras para los Padres de San Diego en el 2008, pegó jonrón de dos carreras contra el abridor dominicano Jorge Sosa en la cuarta entrada y agregó vuelacercas solitarios contra los zurdos Valerio De los Santos (sexta entrada) y Carlos Pérez (novena).

Los tres estacazos salieron por la zona del jardín izquierdo, la banda contraria de González, un bateador zurdo. "El Titán" bateó de 6-3 y anotó tres veces.

Edgar González, hermano de Adrián y líder de los bateadores de la serie, pegó dos imparables en cuatro turnos para elevar su promedio a .500, producto de 7 cohetazos en 14 turnos.

El jardinero Cristhian Presichi, un héroe local por jugar con Aguilas de Mexicali, bateó de 5-3 con dos anotadas.

El receptor Ronny Paulino encabezó al Licey bateando de 5-3 con dos empujadas y el jardinero José Bautista pegó jonrón y remolcó tres anotaciones. Mazatlán vapuleó a Sosa (0-1) con 10 hits y ocho carreras (5 limpias) en 4.1 entradas, en tanto que el relevista Rafael Martin (1-0) se anotó la victoria con tres entradas en blanco, en las que aisló dos hits y ponchó a cuatro bateadores.

El derecho Héctor Navarro se apuntó su segundo salvamento al retirar en blanco la novena entrada. Venados (16) y Tigres (12) se combinaron para 28 hits, 21 carreras y seis errores (cinco de Licey, que cometió otros desaciertos que no fueron anotados), más una demora por problemas eléctricos, provocaron que el partido tuviera una duración de cinco horas y 12 minutos.

El partido fue detenido por 41 minutos debido a un fallo en el sistema eléctrico del estadio "Casas Geo".

Cinco de las torres del parque se apagaron repentinamente cuando los Venados se preparaban para agotar su turno en la apertura de la sexta entrada.

Después de que apenas se anotaron 14 carreras en los primeros cuatro juegos de la serie, exactamente el doble de rayas (28) pasaron por la caja registradora el miércoles, cuando también los Tigres de Aragua (Venezuela) vencieron 5-2 a los Leones de Ponce (Puerto Rico).

Aragua, que ganó sus tres partidos de la primera mitad, enfrentará el jueves al Licey, que tiene marca de 1-2 y necesita ganar todos los partidos que le restan para seguir aspirando a retener la corona que ganó el año pasado.

Mazatlán (2-1) y Ponce (0-3) cierran las acciones del cuarto día. Los Leones puertorriqueños han perdido 10 juegos consecutivos en Series del Caribe desde 1982.
-----------------------------------------------------------------------------------------La actitud con la que amaneció ayer Horacio Estrada, así como la determinación con la que venía trabajando desde el inicio de la Serie del Caribe, hacía presagiar una gran actuación ante a los Leones de Ponce, de Puerto Rico. Y así fue.

El zurdo, quien fue el primer pelotero criollo en llegar al estadio Casas Geo y que en las horas antes del juego se veía concentrado y enfocado en mantener el invicto de los Tigres de Aragua, logró su cometido y con su trabajo le demostró al manager Buddy Bailey que, pese a sus diferencias personales, puede confiar en él para ayudar al equipo a ganar y aproximarlo al título caribeño.

Fue precisamente eso lo que hizo ayer, al guiar a los Tigres a una victoria, tercera en los tres juegos, ante Ponce, 5-2.

Estrada combinó bien sus pitcheos e hizo deslucir a la ofensiva de Ponce, que sólo le pegó cuatro hits -todos en el segundo inning- y una carrera, en 5.1.

Durante su actuación, Estrada no recibió ni un gesto ni una palabra de Bailey, quien, según el lanzador, no le habla desde hace una semana, tras una declaración en la que el pitcher lo llamó hipócrita. La comunicación que hubo entre ambos fue cuando el estratega fue al montículo, en la parte baja de la sexta, para sacarlo del juego.

En esa oportunidad el zurdo le entregó la bola a Bailey, y esté le dio una palmada en su brazo, en un acto de agradecimiento por el trabajo que realizó y que reforzó en los Tigres la convicción de que sí pueden ser campeones, de que no hay quinto malo, como lo dijo Estrada el lunes, cuando supo por boca de terceros que iba a ser él el abridor del tercer juego en la serie.

La determinación y buena labor de Estrada, quien fue despedido del juego con los aficionados criollos de pie y aplaudiendo, fue respaldada por la ofensiva del segunda base Ramón Castro, a quien le resultó la cábala de chocar su puño con el de los periodistas antes del encuentro. "A ver si así puedo batear dos hits hoy".

Sólo necesitó uno para traer dos carreras y adelantar a Venezuela en la segunda entrada.

"Esas carreras nos dieron ánimo y nos quitaron presión", dijo Castro, quien por segunda vez en la serie dio la conexión que abrió el marcador para Tigres, que no se relajan ni se confían de la posición en la tabla de posiciones, en la que van primeros, invictos, con tres lauros.

"No hay que celebrar todavía. Faltan tres juegos y tenemos que mantenernos concentrados en nuestro objetivo, que es el título", comentó Castro, uno de los más felicitados por sus compañeros, tras la victoria que le permite a Venezuela creer más en ganar su séptima corona del Caribe, primera para los Tigres.

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